Martes

Devocional Familiar: Leer Salmos 20, orar y cantar juntos

Devocional Personal: Génesis 5:1

Hechos a semejanza de Dios

En esta semana estaremos viendo el capítulo cinco de Génesis. En el primer versículo del capítulo nos dice: “Este es el libro de las generaciones de Adán”. En este capítulo, Moisés recita brevemente el tiempo que había intervenido entre la creación del mundo y el diluvio; y también toca ligeramente una parte de la historia de ese período. El libro, según la frase hebrea, se toma para un catálogo. Las generaciones significan una sucesión continua de una raza, o una progenie continua. Además, el diseño con el que se hizo este catálogo fue, para informarnos, que en la gran multitud, o más bien, podríamos decir, prodigiosa multitud de hombres, siempre había un número, aunque pequeño, que adoraba a Dios. “En el día que Dios creó”. Él no restringe estas "generaciones" al día de la creación, sino que solo señala su comienzo; y, al mismo tiempo, distingue entre nuestros primeros padres y el resto de la humanidad, porque Dios los había traído a la vida por un método singular, mientras que otros habían surgido de una población anterior y habían nacido de padres. Además, Moisés repite nuevamente lo que había dicho antes que Adán se formó de acuerdo con la imagen de Dios, porque la excelencia y la dignidad de este favor no podían ser suficientemente celebrados. Ya era una gran cosa, que el lugar principal entre las criaturas fuera dado al hombre; pero es una nobleza mucho más exaltada, que debe tener semejanza con su Creador, como lo hace un hijo con su padre.

Desafio y Aplicación

En este versículo podemos ver la importancia y el valor que Dios da al hecho de que seamos creados a imagen y semejanza de Dios, nuestra semejanza con nuestro Creador. Aunque el Señor ya había mencionado este aspecto, vuelve y lo repite al empezar a narrar sobre la historia temprana de la humanidad, para remarcar la importancia del asunto. Y así mismo, nosotros debemos de esforzarnos en entender cuán importante es el hecho de que seamos creados a imagen de Dios y por lo cual debemos de tener en cuenta que todos somos creación de Dios, por lo que no hay razón alguna para que veamos a alguien más con desprecio, o como si fuera diferente, porque en Dios todos somos creados a su imagen y semejanza. Es por eso que como cristianos no debemos de discriminar o despreciar a nadie, por su raza, condición física, nacionalidad, sino que por el contrario debemos de aprender a amar al prójimo así como Dios lo ordena en su Palabra, y esto incluye, amar a pesar de las diferencias.