Jueves

Devocional Familiar: Leer Salmos 28, orar y cantar juntos

Devocional Personal: Génesis 6:9-11

El Dios que preserva

En el día de hoy continuaremos estudiando el capítulo seis del libro de Génesis. Hasta ahora hemos visto a Dios a través de este pasaje, primero vimos el Dios que aborrece el pecado, y luego vimos el Dios de gracia, así mismo el día de hoy veremos otra cualidad de Dios, el Dios que preserva. Cuando Moisés declaró que se encontró a un hombre a quien Dios, cuando había decidido destruir el mundo entero, aún preservaría, brevemente describe qué tipo de persona era. Y, en primer lugar, afirma que él era justo y recto entre los hombres de su edad: La palabra תמים (tamim) que está acostumbrado a traducir perfecto, tiene la misma fuerza que vertical o sincero; y se opone a lo que es engañoso, fingido y vano, así era Noé. Sin embargo, si deseamos ser aprobados por Dios, y justificados ante él, no solo debemos regular nuestras manos, ojos y pies, en obediencia a su Ley; pero la integridad del corazón está por encima de todas las cosas requeridas, y ocupa el lugar principal en la verdadera definición de justicia. Sin embargo, se les llama justos y rectos, no quienes son perfectos en todos los aspectos y en quienes no hay defecto; pero quienes cultivan la justicia puramente, y desde su corazón. La tierra también estaba corrupta ante Dios. En la cláusula anterior de este versículo, Moisés describe ese desprecio de Dios por el pecado del hombre, que ya no había dejado ninguna religión en el mundo; pero al extinguirse la luz de la equidad, todos los hombres se habían sumido en el pecado. En la segunda cláusula, declara que prevaleció el amor a la opresión, los fraudes, las lesiones, los delitos y todo tipo de injusticias. Y estos son los frutos de la impiedad, que los hombres, cuando se han rebelado de Dios, olvidados de la equidad mutua entre ellos, son llevados a una ferocidad demente, a rapiños y a opresiones de todo tipo.

Desafio y Aplicación

Amados hermanos los invito a reflexionar sobre estas dos grandes verdades que estamos viendo en el pasaje del día de hoy. Primero, el pecado del hombre corrompe la creación de Dios, lo destruye así mismo y corroe la obra de Dios. Segundo, vemos como Dios como nuestro buen Señor le ha placido en medio de toda la perdición del pecado y de la destrucción inminente de este mundo pecador, preservarnos a sus escogidos para salvación, preservarnos de la condenación eterna, y para Su gloria. Debemos de entender del peligro del pecado, un agente silencioso pero letal, es por esto que no debemos dar cabida alguna al pecado en nuestras vidas, sino por el contrario, mantenernos alejados de él, no olvidando que este mal solo trae destrucción a la vida del hombre, solo trae tristeza, violencia, engaño, pudriendo el alma del hombre. Pero así mismo, como debemos de recordar constantemente el peligro del pecado para mantenernos alertas, así mismo debemos de recordar la gracia y misericordia de Dios, al llamarnos para salvación y librarnos de la muerte eterna, agradecer cada día a Dios por habernos preservado así como lo hizo con Noé, de la destrucción del pecado, por habernos preservado para disfrutar por la eternidad de nuestro Señor. Este devocional es un apartado adaptado de los comentarios bíblicos de Juan Calvino.