Devocional Familiar:
Leer Rut 2, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Isaías 43:20-21
20Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. 21Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.
Creados para Dios
¿Cuál es el propósito de nuestras vidas? Muchos son los que dejan pasar los años sin hacerse esta pregunta. Otros intentan encontrar una respuesta, pero no lo logran. Pero la mayoría del mundo termina desperdiciando su vida sin haber hallado la razón por las cuales vivían.
En nuestro pasaje Dios habla a su pueblo palabras de esperanza y de animo. El futuro de su pueblo ya no será llevar la ira de Dios, mas bien, el futuro que les espera envuelve una bendición universal en el que la tierra misma y los animales honraran a Dios. Aun los animales mas salvajes alabaran a Dios en el día de su salvación. En este punto, la profecía comienza a apuntar hacia los días finales cuando Dios reunirá todas las cosas en Cristo Jesús. Nuestro pasaje termina con la frase “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.”
Si los animales alabaran a Dios, cuanto mas el pueblo escogido de Dios. Si la tierra adorará al rey, cuanto mas los redimidos por su sangre. Esto nos da luz en cuanto a nuestra
pregunta inicial ¿Cuál es el propósito de nuestra vida? ¿Para que fuimos creados? ¿Qué es lo único que puede satisfacer nuestros corazones? Fuimos creados para ser adoradores de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Eso es lo único que traerá plenitud y satisfacción absoluta a nuestras vidas, no solo por el momento, sino por toda la eternidad. Algunos cristianos de la antigüedad lo dijeron de esta manera: “El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de él para siempre” (Westminister Cathesism, pregunta 1).
Desafio y Aplicación
Te desafío hoy a tener una conversación con alguien sobre este tema. Comienza con la pregunta, ¿Te has preguntado cual es el propósito de la vida? Y de esta manera comenzar a hablar acerca de Dios y de Cristo crucificado.