Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 5, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 16:19-21
“19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.”
El hombre rico y Lázaro: Contraste de vida en la tierra
En nuestro texto de hoy veremos la descripción de la experiencia terrenal que Jesus realiza del hombre rico y Lázaro. Primero describe al hombre rico como uno, “que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.” La vestimenta del hombre rico por si solo era un indicador de la gran riqueza que este hombre había acumulado en su vida. El color purpura era uno usado especialmente para la realeza, en especifico el rey. Recordemos que este hombre vive en una época donde no existe el mundo industrial que conocemos hoy día, sino que esa tinta era extremadamente difícil de conseguir. La tinta purpura provenía de un caracol marítimo el cual poseía una pequeña cantidad de la tinta necesaria para darle color a la vestimenta, esto implica que requería una grande cantidad de dichos caracoles para obtenerla. Piensen en eso, significa que requiere toda una empresa de navegación simplemente para obtener esta tinta purpura, es por eso por lo que no era usado comúnmente y mucho menos en cualquier material. Esto nos lleva a ver que el material usado era de lino fino, probablemente proveniente de Egipto donde se produce hasta el día de hoy el lino fino de mayor calidad en el mundo. Este hombre era extremadamente rico y como si esa descripción no fuese suficiente, vemos que el hombre celebraba cada día un banquete con esplendidez. Los fariseos avaros al escuchar esta descripción quizás asumirían que era un hombre favorecido por Dios, es más quizás codiciaban tener este tipo de riqueza y de seguro de ser invitados a este banquete se sentirían honrados y probablemente alabarían con sus palabras al hombre rico.
Entonces Jesus describe a Lázaro. En claro contraste de la vestimenta del hombre rico y sus banquetes Lázaro era un mendigo quien, incapaz probablemente de moverse si solo fue echado frente a la puerta del hombre rico, algunos estudiosos dicen que quizás fueron los encargados de recoger la basura que lo podrían haber puesto ahí. La vestimenta de Lázaro no era lino fino de tinta purpura, sino era la vestimenta de un mendigo cuyo cuerpo estaba cubierto de llagas. Hoy día conoceríamos estas llagas por el nombre de ulceras, cuyo aspecto y olor es muy desagradable y doloroso. Estas llagas requieren atención médica y paciencia para ser curadas, pero Lázaro no recibió ninguna atención del hombre rico. Lázaro ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico. Estas no solo eran sobras de la comida, sino que los panes servían para limpiarse las manos mientras comían. Por último, se nos dice que los perros venían y le lamían las llagas. Estos perros no eran mascotas, sino perros salvajes que rebuscaban entre la basura algo que comer. Era de estas bestias que Lázaro recibía una atención para sus llagas. Para los fariseos Lázaro seria identificado como un ejemplo de la maldición de Dios, enfatizando que su propio pecado lo llevo a tal condición.
Desafio y Aplicación
En el Antiguo Testamento (La ley de Moisés y los profetas) vemos la instrucción para que el hombre rico demostrara compasión hacia Lázaro, pero este no lo hizo. Quizás no te identificas con la extravagancia de riqueza del hombre rico, pero si nos comparamos con el resto del mundo ciertamente reconoceremos que somos nosotros los llamados a tener compasión y ayudar a nuestro prójimo en necesidad. Nuestra iglesia de Highview recientemente compartió sobre el ministerio de cuidado y evangelismo con los deambulantes de nuestra sociedad. Ora que Dios use ese ministerio para llevar compasión al necesitado, quizás puedas tu mismo servir en este u otro ministerio similar.