Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 8, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 16:27-31
“27Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. 29Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. 30Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levantare de los muertos.”
La suficiencia de la Escrituras
En el día de hoy vemos por primera vez al hombre rico preocuparse por alguien que no fuese el mismo, ahora vemos su clamor por sus cinco hermanos. Rogando el hombre rico pide, “que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.” Estando atormentado en el Hades, el hombre rico clama para que sus hermanos no lleguen a ese lugar. Quizás el hombre rico era el ejemplo que sus hermanos seguían en la vida, por lo tanto, él reconoció que si no cambiaban de rumbo al morir estarían en el mismo lugar que él. Algunos dicen que esta petición era porque él no quería recibir el tormento de las acusaciones de sus hermanos al llegar al lugar de castigo eterno. Otros verían esto como una buena obra merecedor de alguna compasión, ciertamente Abraham escucharía esta petición para aquellos que aun estan en vida, pero no es así. Abraham le responde, “Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.” Al igual que este hombre rico, sus cinco hermanos tenían a Moisés y a los profetas, pero es necesario que verdaderamente prestaran atención a su mensaje. La vida del hombre rico ciertamente no guardaba la ley de Moisés y no mostraba la misericordia y compasión demandada de ella. Recordemos que Jesus está enseñando esta parábola frente a los fariseos, de igual manera en una ocasión Jesus les dijo en Juan 5:39, “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.”
Lázaro continua su petición ante Abraham diciendo, “No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, aunque alguno se levantare de los muertos.” El hombre rico pedía lo mismo que los fariseos pedirían a Jesus, Mateo 6:1 nos dice, “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.” Pero, para un corazón muerto y el oído sordo a la palabra de Dios ningún acto milagroso, ninguna señal será suficiente. Es interesante que sería el acto de resucitar a su amigo Lázaro lo cual llevaría a los líderes religiosos, tanto fariseos como saduceos, a buscar matar a Jesus. De este lado de la cruz nos parece más irónico aun, pues sabemos que Jesus mismo resucitaría y aun con eso muchos no creerían en él.
Desafio y Aplicación
Te exhorto hermano y hermana a amar la palabra de Dios escrita. Recuerda, que en todo su ministerio Cristo apunto hacia las Escrituras como aquella que revelaban quien es él. El plan de salvación en la historia de la redención de Dios se encuentra desde Genesis hasta Apocalipsis, pero es necesario que la escudriñemos y oremos para que el Espíritu Santo nos guie a toda verdad.